Luigi vivía en República Dominicana. Pero su familia estaba en Puerto Príncipe cuando todo tembló. “Volví para ayudar a mis padres. Sus casas se derrumbaron.” Cada familia debe contratar una grúa para despejar los escombros. Esas grúas cobran diez mil dólares, lo que en un lugar como Haití suena de lo más inverosímil.
En 2010 Haití sufrió el peor terremoto de su historia, que desde entonces pasó a ser otro de esos datos que ya no podrán faltar en su biografía. Pero lo sorprendente es que, en este país, no alcanza con 300 mil muertos en unos cuantos minutos para asegurarse el primer lugar en esa lista. Este libro se apoya sobre las grietas todavía abiertas para tratar de contar qué hay más allá del sismo, por qué Haití está Haití. Claro que no encuentra respuestas, pero plantea una serie de preguntas mientras atraviesa sus mitos, estereotipos y contradicciones.
Aydetí, Haití recorre la historia del país para entender por qué esta pequeña porción de tierra rellenada con esclavos africanos pasó de ser el territorio francés más productivo del mundo a su gran decepción, y por qué ese desplante todavía hoy se siente en la isla.
El país más empobrecido de Occidente es también la tierra de las ONG, y en esta historia de sociólogos costarricenses, guerreros rusos y médicos cubanos, todos cuentan su propia versión de Haití.
Fernando Casella nació en 1981 en Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Estudió abogacía, algo de periodismo, decidió escribir crónicas y viajó. Probó con el terremoto y tsunami de Chi le en 2010 con Cinco centímetros de marco. Quiso ver de cerca qué pasaba con los migrantes que llegaban a Europa en Camino a Lampedusa. Y con Aydetí, Haití prueba un imposible: tratar de entender qué es este lugar llamado Haití.