Este librito peca de esencial intrascendencia plasmada en ripios personales", dice el autor sobre su primer libro de poesía publicado, pero no el único escrito. En Papeles de identidad se puede vislumbrar a un gran poeta que por suerte dejó de privarnos de su luz.
Nacido de parto natural, en una clínica porteña, allá por la quincuagésimo octava primavera del pasado siglo, según fuentes confiables, un curioso empecinamiento lo caracterizó: estudiante crónico, reprobó innumerables veces las más diversas asignaturas que el reformatorio de la existencia hecha y deshecha le proveyera... Y hasta el día de hoy, no dio el brazo a torcer. Digamos que no ha muerto aún... Para fastidio, seguramente de algunos y en provecho de ninguno.