Vas a escuchar la directiva de alguien que dice “es acá”. Te vas a paralizar. Durante cinco minutos te van a poner un traje para que puedas entrar. Vas a sentir cómo los ojos se te empiezan a inundar. No vas a llorar ahí.
Vas a entrar a la habitación después de escuchar “tomate el tiempo que quieras”. Vas a pensar en el tiempo. Vas a querer que no exista. Vas a implorar que no pase.
Lo vas a ver. Vas a cerrar los ojos en un intento fallido de negar la realidad. Te va a doler.
Nacida bajo un mes que dijo llamarse marzo.
Me gusta tanto la tierra que me tocó un signo de agua. De risa fuerte y lágrima fácil. Lloro de la música para adentro y de la letra para afuera.
De lugar favorito, el campo que vio crecer a mi abuelo. De religión, los libros y la poesía.
De ideología, cualquiera que me recuerde mis “quiero”.
De hobby, mirar el cielo.
De lema, el que me recuerda lo importante: que mientras respire todavía hay tiempo.