Parafraseando a Carrère en su libro Limónov, quiero decir que esta crónica de Ramón Ferro no es una ficción, es real, y la conozco.
Ramón, que vive en Merlo, San Luis, recibe un whatsapp de su hermana Matu, un mensaje respecto a la delicada salud de su padre.
Ramón es médico neurólogo y entiende mejor que nadie que los síntomas son graves, por lo cual decide viajar a Mar del Plata para verlo. Para entonces, otoño de 2020, el país está en cuarentena y con todos los pasos fronterizos e interprovinciales cerrados.
Ramón se despide de su mujer y de sus hijos y se sube a la camioneta. Tiene que recorrer mil trescientos kilómetros y cruzar dos pasos interprovinciales. Espera que en cualquier momento le lleguen las autorizaciones que pidió para hacer el viaje. Se mete en una YPF para hacer la primera carga de combustible. Se pide un café en vaso grande para llevar. Piensa, lo entiende en ese momento, que saborea el café a conciencia de que se agarra de la última rutina disponible. “Nada de lo que vendría de ahí en adelante —dice Ramón— tendría el amparo de la rutina.”
Un relato valiente, escrito con las heridas abiertas y con una voz que muestra y conmueve. En el que tanto el viaje, el reencuentro como la reconciliación tienen alcohol al setenta por ciento, como así también las pérdidas.
Daniel López
Ramón Ferro nació en Mar del Plata, en 1974. Es médico neurólogo y escritor. Es autor de las novelas Como la vida misma (2015), Para eso estamos
(2019) y El día crepuscular (2020). Los días del piano es su más reciente obra.